Cuando la temperatura ambiente empieza a subir, el cuerpo de tu pequeño reacciona sudando cuando necesita equilibrarse para mantener una temperatura estable y normal. Los bebés sufren el calor como los niños más mayorcitos o los adultos, pero su transpiración no es tan eficaz.
La piel del pequeño es muy fina y no consigue aislar al organismo de la temperatura exterior lo suficientemente deprisa. Su capacidad de termorregulación no es del todo eficiente, sobre todo durante los dos primeros meses de vida. Por ese motivo, no debes tapar al niño más de lo necesario. Ello le provocará malestar y favorecerá la aparición de irritaciones cutáneas debidas al estancamiento del sudor sobre la piel.
Te damos algunos consejos:
1. Evita el body en contacto con la piel y ponle únicamente una camiseta de algodón o de lino. Las piernas las puedes dejar descubiertas y en los pies le puedes poner unos calcetines de algodón. Hacía junio, julio y agosto, cuando el calor sea más intenso, en casa puedes dejarle sólo con el pañal.
2. Refréscale a menudo. Para evitar que tu bebé pase calor, puedes darle algún baño de agua templadita.
3. Mantenlo hidratado. Los bebés corren el riesgo de deshidratarse, razón por la cual es muy importante que le ofrezcas el biberón de agua a menudo.
Cómo saber cuando tiene calor
• Intenta tocarle en el cuello y el tórax para saber si está caliente. Las manos y los pies del niño no son indicativos, ya que suelen estar fríos incluso en días calurosos.
• Cuando el pequeño tiene calor lo expresa mediante el llanto, las pocas ganas de comer y las rabietas. Acostumbra a estar irritable y abatido.
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